Tu contraseña es mucho más que una simple combinación de letras y números: es la llave que protege tu información, tu identidad digital y, en muchos casos, tu dinero. En Wink, queremos acompañarte a dar pasos sencillos pero significativos hacia una vida financiera más segura, y una buena contraseña es uno de esos pasos.
Las contraseñas débiles son como cerraduras viejas: pueden ser fáciles de forzar y poco confiables. Cuando una clave es fácil de adivinar, los riesgos se multiplican.
En esos casos, podés exponerte a fraudes, accesos no autorizados a tus cuentas bancarias, robo de identidad o pérdida de datos sensibles. Una contraseña fuerte, en cambio, es una barrera real contra estos peligros.
En Wink, para protegerte mejor, te pedimos cumplir con ciertos criterios a la hora de crear tu contraseña. Como es nuestro estilo, siempre buscamos hacer tu vida financiera más fácil. En este caso, aunque pueda parecer una complicación, en realidad es una forma de cuidar lo que más importa: tu dinero y tu tranquilidad.
Una buena contraseña podría ser recordable, pero no obvia. No hace falta que te memorices una serie de caracteres sin sentido. Podés crear claves seguras a partir de frases personales, recuerdos transformados o combinaciones que tengan sentido solo para vos. Una buena técnica es usar una frase personal modificada, mezclando letras, números y símbolos.
Lo importante entre las claves es que sean únicas y no compartidas entre plataformas. Si usás siempre la misma clave, cualquier filtración compromete todas tus cuentas.
Y si la memoria no es lo tuyo (o si tenés muchas cuentas, como la mayoría), lo ideal es apoyarte en un gestor de contraseñas confiable. Estas herramientas almacenan todas tus claves de forma segura, para que solo necesites recordar una sola contraseña maestra. También podés anotar tus contraseñas en un lugar físico, siempre que esté bien resguardado y no sea fácilmente accesible para otras personas. Lo importante es que elijas un método que combine seguridad y practicidad.
Así como hay buenas prácticas, también hay errores comunes que es mejor evitar:
❌ No usés tu nombre, fecha de nacimiento, número de documento ni datos personales fáciles de encontrar.
❌ Evitá claves como 123456, password, qwerty o abcd1234 (sí, todavía son de las más usadas y también de las más hackeadas).
❌ No repitás la misma contraseña en todas tus cuentas.
❌ No usés palabras completas del diccionario sin combinarlas con otros elementos.
Crear una buena contraseña es una medida básica pero poderosa de higiene digital. Es algo simple, necesario y preventivo, pero no es lo único. Aprender a detectar sitios web falsos, reportar mensajes o llamadas sospechosas o revisar con frecuencia tus movimientos también forma parte del cuidado de tu vida financiera.
En Wink, tomamos las medidas necesarias para resguardar tu dinero, pero también creemos en la necesidad de acompañarte para que no caigás en trampas. Por eso, te damos herramientas para que tomés el control de forma segura, sin fricción y que sepás proteger lo que ya lograste.
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